sábado, 20 de julio de 2019

Boca de llanto.


«Boca de llanto, me llaman
Tus pupilas negras,
Me reclaman. Tus labios
Sin ti me besan. ¡Cómo has podido tener
La misma mirada negra
Con esos ojos
Que ahora llevas!

Sonreíste. ¡Qué silencio,
Qué falta de fiesta!
¡Cómo me puse a buscarte
En tu sonrisa, cabeza
De tierra,
Labios de tristeza!

No lloras, no llorarías
Aunque quisieras;
Tienes el rostro apagado
De las ciegas.

Puedes reír. Yo te dejo
Reír, aunque no puedas.»



-          Jaime Sabines | Recuento de poemas
 

EL AMENAZADO


Es el amor.

Tendré que ocultarme o huir.

Crecen los muros de su cárcel, como en un sueño atroz.

La hermosa máscara ha cambiado, pero como siempre es la única.

¿De qué me servirán mis talismanes: el ejercicio de las letras, la vaga erudición, el aprendizaje de las palabras que usó el áspero Norte para cantar sus mares y sus espadas, la serena amistad, las galería de las bibliotecas las cosas comunes, los hábitos el joven amor de mi madre, la sombra militar de mis muertos, la noche intemporal, el sabor del sueño?

Estar contigo o no estar contigo, es la medida de mi tiempo.

Ya el cántaro se quiebra sobre la fuente, ya el hombre se levanta a la voz del ave, ya se han oscurecido los que miran por la ventana, pero la sombra no ha traído la paz.

Es ya lo sé, el amor: la ansiedad y el alivio de oír tu voz, la espera y la memoria el horror de vivir en lo sucesivo. Es el amor con sus mitologías, con sus pequeñas magias inútiles.

Hay una esquina por la que no me atrevo a pasar. Ya los ejércitos que cercan, las hordas. (Esta habitación es irreal; ella no la ha visto).

El nombre de una mujer me delata. Me duele una mujer en todo el cuerpo.

 



-          JORGE LUIS BORGES